Después de haber trabajado en ejercicios propios el punto y la línea, era hora de aplicar lo aprendido en una actividad más creativa. El ejercicio tenía como base "El dormitorio de Van Gogh en Arlés", cuya descripción en la carta a su hermano podemos leer:
"...esta vez simplemente reproduce mi habitación; sólo el color tiene que
hacerlo todo, dando un estilo grandioso a los objetos con su
simplificación, llegando a sugerir un cierto descanso o sueño. Bueno, he pensado que
al ver la composición dejamos de pensar e imaginar. He pintado las
paredes de violeta claro. El suelo con el material jaqueado. La cama de
madera y las sillas, amarillas como mantequilla fresca; la sábana y las
almohadas, de verde limón claro. La colcha, de color escarlata. La
ventana, verde. El lavabo, anaranjado; la cisterna, azul. Las puertas,
lila. Y, eso es todo. No hay nada más en esta habitación de
contraventanas cerradas. Las piezas del mobiliario deben expresar un
descanso firme; también, los retratos en la pared, el espejo, la
botella, y algunas ropas. El color blanco no se aplica al cuadro, así
que su marco será blanco, con la pretensión de conseguir el descanso
obligatorio que me recomiendan. No he representado ninguna clase de
sombra; sólo he aplicado simples colores planos, como los de las crêpes..."
En la actividad se pedía a los alumnos trabajar a color, mediante interpretación libre, el punto y la línea, para dotar de profundidad y volumen una base a lápiz que previamente habíamos calcado con los contornos básicos de la obra del artista.
Podéis ver algunos de los trabajos realizados. ¡Excelente!
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